El Celebrante, y otros ministros se acercan al Altar haciendo la debida reverencia, mientras se entona el himno de entrada.
El Celebrante dirá el Introito como oración de entrada. El Celebrante besa el Altar, y lo inciensa si es oportuno, y después de terminado el himno todos se hacen la señal de la Cruz cuando el Celebrante dice:
C. En el nombre del Padre +, y del Hijo +, y del Espíritu Santo +.
P. Amén.
C. Subiré al altar de Dios.
P. Al Dios que es la alegría de mi juventud.
El celebrante puede continuar de forma alternada con los Ministros y el Pueblo el salmo 43 ¨Judica me, Deus¨.
A continuación, el celebrante y los ministros repiten alternadamente con el pueblo la confesión tomando como testigo a la Iglesia triunfante y militante y en particular a los fieles presentes.
Confesión de la Iglesia Militante
Yo, pecador, me confieso ante Dios todopoderoso, Ante la bienaventurada siempre Virgen María, Ante el bienaventurado san Miguel Arcángel, Ante el bienaventurado san Juan Bautista, Ante los santos Apóstoles Pedro y Pablo, todos los santos, y ante vosotros, hermanos y ante ti padre, que pequé gravemente con el pensamiento, palabra y obra; por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa. Por tanto, ruego a la bienaventurada siempre Virgen María, al bienaventurado san Miguel Arcángel, al bienaventurado san Juan Bautista, a los santos Apóstoles Pedro y Pablo, a todos los santos, y a vosotros, hermanos, que roguéis por mí a Dios nuestro Señor. Amén.
C. Dios todopoderoso tenga misericordia de nosotros, perdone nuestros pecados y nos lleve a la vida eterna ame.
P. Amén.
C. Muéstranos Señor Tu Misericordia.
P. Y Danos tu Salvación.
C. Señor escucha nuestra Oración.
P. Y llegue a ti nuestro clamor.
C. El Señor este con vosotros.
P. Y con tu espíritu
S. Oremos.
C. Dios omnipotente, para quien todos los corazones están manifiestos, todos los deseos conocidos, y ningún secreto encubierto; purifica los pensamientos + de nuestros corazones + con la inspiración de tu Santo Espíritu, para que perfectamente te amemos, y dignamente celebremos tu Santo Nombre; por Cristo nuestro Señor.
P. Amén.
A continuación, el celebrante dirá el Sumario de la ley.
C. Oíd lo que dice Nuestro Señor:
Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón y de toda tu alma y de toda tu mente. Este es el primero y el grande mandamiento. Y el segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos dependen toda la Ley y los Profetas. (Mt 22:37-40)
Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
Oh Señor Omnipotente y Dios Eterno, suplicamoste te dignes dirigir, santificar y gobernar nuestros corazones y cuerpos en los caminos de tus leyes; y en las obras de tus mandamientos; para que, por tu poderosísima protección, ahora y siempre, seamos preservados en cuerpo y alma; mediante Jesucristo nuestro Señor y Salvador. AMEN.
A continuación, si la liturgia lo precise se canta o se dice el ¨Gloria in Excelsis Deo¨
El celebrante y el pueblo dicen:
HIMNO DEL GLORIA
Gloria a dios en las alturas, y en la tierra paz, a los hombres de buena voluntad. Por tu inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias, Oh Señor Dios, rey celestial, Dios padre omnipotente.
Oh Señor, Hijo unigénito, Jesucristo: oh Señor Dios, cordero de Dios, hijo del padre, tú que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros, tú que quitas los pecados del mundo acepta nuestra suplica. tú, que estas sentado a la diestra de Dios padre, ten misericordia de nosotros. porque solo tu eres santo; solo tu Señor; solo tu eres el Señor; solo tu altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios padre. + amen.
Finalizando el ¨Gloria¨ el celebrante dice la colecta del día.
C. El Señor esté con vosotros.
P. Y con tu espíritu.
C. Oremos:
(De la Colecta al Credo)
LA COLECTA (ó colectas del Día – Ver colectas)
La Colecta del día es una de las tres oraciones señaladas para ser leídas en el día designado. Cada día tiene su propia oración para ser usada aquí.
Aquellas para los Domingos y Días Festivos son tomadas del Libro de Oración Común y el Misal anglicano. (SENTADOS)
LECTURA DEL ANTIGUO TESTAMENTO (La Ley y los Profetas)
En nuestros ambientes hispanos y para una mejor interrelación con la Palabra del Señor, podemos en las fiestas principales Domingos y de Guarda, hacer la lectura del Antiguo Testamento conforme al Calendario Litúrgico del Libro de Oración Común y del Misal Anglicano. Esta lectura será tomada del leccionario del libro de Oración Común 1928.
Entre la lectura del Antiguo Testamento y la Epístola podemos intercalar el salmo correspondiente tomado de la Liturgia del Libro de Oración Común y del Misal Anglo-Católico en los domingos y fiestas de guarda. El salmo será tomado del leccionario del libro de Oración Común 1928.
La Epístola es una lectura tomada de la Escritura del Antiguo Testamento o del Nuevo Testamento, pero no del Evangelio. La Epístola será tomada del leccionario del libro de Oración Común 1928 o el Misal Anglicano.
Al concluir esta lectura se acostumbra responder - Pueblo: Demos gracias a Dios. (SENTADOS)
El Gradual es un Salmo, antífona, o un himno señalado para el día, éste debe ser leído entre la Epístola y la Lectura del Evangelio.
Aparte de Adviento y otros tiempos litúrgicos, el Gradual puede ser concluido con las palabras: “Aleluya, Aleluya”. Durante La Cuaresma estas palabras son omitidas y se añade una especial al Gradual.
A veces sigue al Gradual el Tracto o la Secuencia de acuerdo al tiempo litúrgico en que se celebra la misa. (El tracto se recita desde la semana de Septuagésima hasta el sábado Santo en que se suprimen las aleluyas) (DE PIE)
El sacerdote va al frente del altar y de rodillas y con las manos juntas dice El Munda cor meum. Cuando el Obispo está presente el sacerdote pide al Obispo de rodillas la Bendición: Munda Cor Meum:
“Purifica mi corazón y mis labios, ¡Oh Dios todopoderoso! Como purificaste los labios del profeta Isaías con un carbón encendido; dígnate por tu bondad misericordiosa purificarme, de manera que pueda anunciar dignamente tu santo Evangelio. Por Cristo nuestro Señor. Amén. Dame, Señor, tu bendición.
El señor esté en mi corazón y en mis labios, para que anuncie digna y debidamente su Evangelio. Amén”.
Es un pasaje del Evangelio del Nuevo Testamento que proclama las Palabras y hechos de Nuestro Señor durante su ministerio en la tierra. Tomado del libro de Acción Común o del misal Anglicano En las Misas solemnes el Evangelio es cantado por el Diácono, a veces con una procesión, cirios e incienso.
(DE PIE)
C: El Señor esté con vosotros.
P: Y con tu espíritu.
C: Proclamación del Santo Evangelio según ...
A estas palabras, dichas por el Sacerdote o Diácono, se acostumbra signarse a sí mismo con una pequeña cruz en la frente, en los labios y en el pecho, para significar la purificación de sus mentes, palabras y corazones, en preparación para recibir el Evangelio.
P: Gloria a Ti, Señor.
Una vez terminada la lectura del Evangelio, el Sacerdote o Diácono proclama: El Evangelio de Nuestro Señor.
P: Te alabamos oh Cristo.
El Credo Niceno debe ser recitado todos los Domingos y días de Fiesta. A las palabras “Se encarnó... y fue hecho hombre” nosotros hacemos una genuflexión en reverencia al honor del admirable Misterio de la Encarnación de Dio. (puede omitirse el filioque del Credo)
PROFESIÓN DE FE
CREDO NICENO
CP Creemos en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del Cielo y de la tierra, de todo lo visible e invisible. Creemos en un solo Señor, Jesucristo, Hijo Unigénito de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos: Dios de Dios, luz de luz, Dios verdadero de Dios verdadero, engendrado, no creado, de la misma naturaleza que el Padre, por quien todo fue hecho; quién por nosotros los hombres y por nuestra salvación bajó del cielo, y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen, y se hizo hombre; y por nuestra causa fue crucificado en tiempo de Poncio Pilato: padeció y fue sepultado, y resucitó al tercer día, según las Escrituras, y subió al cielo, y está sentado a la diestra del Padre; y de nuevo vendrá con gloria para juzgar a vivos y muertos, y su Reino no tendrá fin.
Creemos en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo reciben una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas. Y en la Iglesia, que es Una, Santa, Católica y Apostólica. Confesamos un solo bautismo para el perdón de los pecados. Espero la resurrección de los muertos y la vida del mundo futuro. Amén.
(SENTADOS) Aquí puede ser cantado un himno o antífona seguido por el sermón. SERMÓN (homilía) El Sermón que explica e interpreta la Palabra proclamada en las Lecturas, sigue ahora y es predicado por el Ministro de la Palabra. El Sermón o la Homilía puede predicarse después del Evangelio y antes del Credo. (Puede decirse antes del Credo).
LITURGIA DE LA EUCARISTÍA
A continuación comenzara el ofertorio, recogiendo las limosnas y demás ofrendas. Un laico, o, el Diacono las presentara al altar. La asamblea cantara el himno del ofertorio apropiado. El celebrante exhortara al pueblo diciendo:
C. Rindan al Señor la gloria debida a su Nombre; traigan ofrendas y entren en sus atrios. Sal. 96, 8
Al recibir las ofrendas del diácono o del laico:
El sacerdote, o el diácono, preparan la mesa con las ofrendas sacramentales, mientras los cantores entonan el cántico de ofertorio.
El sacerdote toma la patena con la hostia y dice:
C. Recibid, Oh Padre Santo, Omnipotente Dios, esta inmaculada hostia que yo, indigno sacerdote vuestro te ofrezco a Ti, mi Dios vivo y verdadero, por mis innumerables pecados, por todos los fieles cristianos vivos y difuntos, para que a mí y a ellos nos sea causa de salvación para la vida eterna.
P Amén.
BENDICIÓN DEL AGUA
Bendición del agua (en las misas de difuntos no se bendice el agua).
C. Señor +, que esta agua y este vino nos hagan participes de tu naturaleza humana.
Ofertorio del vino (El sacerdote levantando el cáliz ofrece a Dios el vino que ha de ser consagrado).
C. Os ofrecemos, Señor, el cáliz de salvación, que en suave olor ascienda a la presencia de tu divina majestad, por nuestra salvación y la de todo el mundo.
C. Venid, Santificador Espíritu, Omnipotente y Eterno Dios, y bendice + este sacrificio, preparado para tu honra y en honor de tu Santo nombre.
P. Amén.
Lavatorio de manos: (El sacerdote lava sus manos como signo de purificación y dice:
C. Lávame, Señor, de mis culpas, quede yo limpio de todo pecado.
“Suscipe, sancta trinitas”
Oración para la aceptación de nosotros mismos y nuestros Dones:
Recibe, oh Santa Trinidad, la ofrenda que te presentamos en Memoria de la Pasión, Resurrección y Ascensión de nuestro Señor Jesucristo; y en honor de la Bienaventurada María siempre Virgen, del Bienaventurado Juan Bautista y de los Santos Apóstoles Pedro y Pablo, y de todos los Santos, para que ello pueda ser de su honor y a nosotros de salvación; y se dignen interceder en el Cielo por nosotros aquellos mismos cuya memoria veneramos en la tierra. Por el mismo Jesucristo Señor Nuestro. Amén.
sacerdote presenta a los fieles el cáliz y la hostia diciendo:
C. Orad hermanos para que este sacrificio mío y vuestro sea aceptable a Dios Padre Omnipotente.
P. El Señor reciba de tus manos este sacrificio para alabanza y gloria de su nombre, para nuestro bien y el de toda su santa iglesia.
El sacerdote baja el cáliz y la hostia y las coloca sobre el altar.
P. Recibe Padre las ofrendas de tus Hijos, acepta nuestra fe y nuestro Amor por ti, de lo que tu nos has dado te damos en acción de gracias a ti todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.
OREMOS POR TODA LA IGLESIA DE CRISTO
A continuación, sigue la oración por la iglesia de Cristo que aclamará todo el pueblo, el celebrante dirá:
C. Omnipotente y eterno Dios, que por tu santo Apóstol nos has enseñado a hacer oraciones y súplicas, y darte gracias por todo el género humano; Pedímoste con toda humildad, que te dignes aceptar nuestras oraciones.
1-Suplicándote que continuamente inspires a la Iglesia Universal con el espíritu de verdad, unión y concordia: Y que vivan unánimes en caridad piadosa.
Te regamos, óyenos
2-Te suplicamos, que de tal modo dirijas y dispongas los corazones de todas las Autoridades Cristianas, que puedan hacer justicia con toda imparcialidad y equidad.
Te regamos, óyenos
3-Da gracia, oh Padre Celestial, a todos los Obispos y otros Ministros, para que puedan, tanto con su vida como con su doctrina, presentar al mundo tu Palabra de verdad y de vida.
Te regamos, óyenos
4-A todo tu pueblo da tu gracia celestial; especialmente a esta congregación aquí presente; a fin de que, con humildad de corazón, puedan oír y recibir tu santa Palabra; sirviéndote fielmente.
Te regamos, óyenos
5-Y te suplicamos muy humildemente, que por tu bondad, oh Señor, te dignes consolar y socorrer a todos aquellos que en esta vida transitoria se hallan angustiados, tristes, necesitados, enfermos o en otra cualquiera adversidad.
Te regamos, óyenos
6-Y asimismo bendecimos tu Santo Nombre por todos tus siervos que han partido de esta vida en tu fe y temor; suplicándote les concedas un crecimiento continuo en tu amor y servicio, que con ellos seamos partícipes de tu reino celestial.
Y te encomendamos señor a tu (s) siervo (s) _______________que ha(n) partido de esta vida en tu fe y temor te rogamos por el (ellos), dale(s) tu misericordia, concédele (s) tu paz y tu luz desde ahora y hasta el día de la resurrección.
Y nosotros te damos gracias a Ti, oh Señor, te alabamos y te bendecimos, por la maravillosa gracia y virtud declarada en tus Santos, y principalmente por la Bendita Virgen María, Madre de Tu hijo Nuestro Señor y Dios, por los Patriarcas, los Profetas, los Apóstoles, los Mártires, por San Francisco de Asís, por San _________ te rogamos nos fortalezcas en la comunión de oración alabanza de tus santos y siguiendo los buenos ejemplos de quien te ha servido en santidad, podamos tener junto con ellos la vida eterna, de tu reino celestial.
S. Concédenos esto, oh Padre, por amor de Jesucristo, nuestro solo Mediador y Abogado. Amén.
El celebrante en preparación a la comunión dice:
Vosotros quienes verdadera y ardientemente os arrepentís de vuestros pecados y estáis en el amor y la caridad con vuestros semejantes, e intentáis llevar una nueva vida observando los Mandamientos de Dios y caminando de aquí en adelante en sus santos caminos, acercaos con fe y tomad de este Santo Sacramento para vuestro auxilio y haced vuestra humilde confesión a Dios Todopoderoso, devotamente arrodillados.
El sacerdote podrá exhortar al pueblo a realizar una reconciliación con Dios, que aproveche al alma el sacramento de la penitencia, y de manera especial a utilizar la confesión privada ante el sacerdote para obtener, el consuelo, dirección espiritual y recibir una particular confirmación del perdón de Dios.
Sacerdote y Pueblo:
Omnipotente Dios, Padre de Nuestro Señor Jesucristo, Creador de todas las cosas, Juez de todos los hombres, nosotros confesamos y la mentamos nuestros numerosos pecados y maldades, los cuales en varias ocasiones, muy penosamente hemos cometido, por pensamiento, palabra y obra, contra tu Divina Majestad, provocando muy justamente tu cólera e indignación contra nosotros. Sinceramente nos arrepentimos y de todo corazón nos dolemos de todas nuestras culpas, su recuerdo nos aflige. Ten misericordia de nosotros, ten misericordia misericordiosísimo Padre, por el amor de tu Hijo Nuestro Señor Jesucristo, perdónanos todo nuestro pasado y concede que podamos en adelante servirte y agradarte con una nueva vida, para honra y gloria de tu Nombre, mediante Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Mientras el pueblo permanece de rodillas, el sacerdote de pie pronuncia la absolución de los pecados, diciendo las fórmulas de absolución.
El Dios Todopoderoso, Padre Nuestro Celestial, que por su gran misericordia ha prometido el perdón de los pecados de todos aquellos que con sincero arrepentimiento y verdadera fe se conviertan a El; tenga misericordia de vosotros;+ os perdone y libre de todos vuestros pecados; os confirme y fortalezca en toda virtud; y os conduzca a la Vida Eterna; por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
Oíd qué confortables palabras Nuestro Salvador Cristo dijo a todos los que se convierten verdaderamente a El.
“Venid a mí, todos los que estáis cansados y agobiados, que Yo os aliviaré”. Mateo11, 28.
“Porque tanto amó Dios al mundo, que le dio su Unigénito Hijo, para que todo el que crea en El no perezca, sino que tenga la Vida Eterna”. Juan 3,16.
Oíd también lo que dice San Pablo:
“Cierto es y digno de ser por todos recibido, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. 1Timoteo1, 15.
Oíd también lo que dice San Juan:
“Si alguno peca, abogado tenemos ante el Padre, a Jesucristo, Justo. El es la propiciación por nuestros pecados.” 1San Juan 2, 1-2
Al comenzar la solemne acción de gracias el sacerdote dialoga con el pueblo diciendo el “Sursum Corda”. Aquí se dirá el prefacio Propio según el tiempo o la fiesta.
PREFACIO
(ver prefacios)
CANON DE LA CONSAGRACION EUCARÍSTICA
Padre santo y bondadoso, en tu amor infinito nos hiciste para ti y cuando caímos en pecado y quedamos esclavos del mal y de la muerte, tu, en tu misericordia, enviaste a Jesús, tu único hijo para compartir nuestra naturaleza humana, para vivir y morir como uno de nosotros y así reconciliarnos contigo, el Dios y Padre de todos. Extendió sus brazos sobre la cruz y se ofreció en obediencia a tu voluntad un sacrificio perfecto por todo el mundo.
RITO DE CONSAGRACION.
De rodillas
En la noche en que fue entregado al sufrimiento y a la muerte, nuestro Señor Jesucristo tomó pan y dándote gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos diciendo:
TOMAD Y COMED TODOS DE EL PORQUE ESTO ES MI CUERPO QUE ES ENTREGADO POR VOSOTROS.
Del mismo modo acabada la cena tomó el cáliz glorioso en sus santas y venerables manos, dándote gracias y bendiciendo tu nombre lo dio a sus discípulos y dijo:
TOMAD Y BEBED TODOS DE EL PORQUE ESTE ES EL CALIZ DE MI SANGRE, SANGRE DE LA ALIANZA NUEVA Y ETERNA QUE SERA DERRAMADA POR VOSOTROS Y POR TODOS LOS HOMBRES PARA EL PERDON DE LOS PECADOS. HACED ESTO EN MEMORIAL MIO.
Eleva el Cáliz, mientras el ministro toca la campañilla tres veces, y el pueblo dice:
S. Este es el sacramento de nuestra fe,
P. Cada vez que comemos de este pan y bebemos de este cáliz anunciamos tu muerte, Señor, hasta que vuelvas.
El sacerdote coloca el Cáliz sobre el altar, se arrodilla y se signa.
OBLACION
S Por tanto Señor, según la institución de tu amado Hijo Jesucristo, nosotros tus humildes siervos, celebramos y hacemos aquí ante tu Divina Majestad, con estos tus santos dones que ahora te ofrecemos, el memorial que tu Hijo nos ha mandado hacer, recordando su bendita pasión y preciosa muerte, su poderosa resurrección y gloriosa ascensión, te damos gracias por tu amor misericordioso.
CC. Te suplicamos humildemente oh Padre misericordioso, nos escuches y por tu poderosa bondad, te dignes bendecir y santificar con tu Verbo y Espíritu Santo, estos tus dones y criaturas de pan y de vino para que, recibiéndolos, conforme a la santa institución de tu Hijo, en memoria de su pasión y muerte, seamos partícipes de su bendito Cuerpo y Sangre.
CC. Y pedimos ardientemente que tu bondad paternal acepte este nuestro sacrificio de alabanza y acción de gracias: Te suplicamos humildemente nos concedas que por los méritos y la muerte de tu Hijo Jesucristo y mediante nuestra fe en su Sangre, nosotros y toda tu iglesia obtengamos la remisión de nuestros pecados y todos los beneficios de su pasión.
CC. Y aquí Señor, nos presentamos y hacemos ofrenda de nosotros mismos nuestras almas y nuestros cuerpos, como un sacrificio razonable, santo y vivo para ti; te rogamos humildemente que nosotros y todos los que participemos de esta Santa Comunión, recibamos dignamente El preciosísimo Cuerpo y Sangre de tu Hijo Jesucristo y seamos llenos de tu gracia y bendición celestial y hechos un solo cuerpo con él para que él habite en nosotros y nosotros en él. Y aunque por nuestros muchos pecados, somos indignos de ofrecerle sacrificio alguno, sin embargo te suplicamos aceptes este nuestro deber y servicio obligatorio, no pensando en nuestros méritos, sino perdonando nuestras ofensas mediante Jesucristo nuestro Señor.
DOXOLOGIA
Eleva el cáliz y la hostia con el pan y el vino
S. Por Cristo, con Él y en Él, a Ti, Dios Padre Omnipotente, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y gloria, por los siglos de los siglos.
P. Amén.
PADRE NUESTRO
Al terminar se colocan sobre la mesa, se arrodilla y se signa.
S. Y ahora, conforme nuestro Salvador Jesucristo nos ha enseñado, nos atrevemos a decir:
El sacerdote, con las manos extendidas invita a la oración dominical.
P. Padre Nuestro, que estás en los cielos, santificado sea tu Nombre. Venga a nosotros tu Reino. Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo. Danos hoy nuestro Pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden. No nos dejes caer en tentación y líbranos del mal.
Amén.
EMBOLISMO
S. Porque Tuyo es el Reino, el poder y la gloria, por siempre, Señor.
RITO DE LA PAZ
S. Señor Jesucristo que dijiste a los apóstoles: Mi paz o dejo, mi paz os doy; no tengas en cuenta nuestros pecados, sino la fe de tu iglesia, y conforme a tu palabra, concédenos la paz y la unidad. Tu que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
S. La paz del Señor esté siempre con vosotros.
P. Y con tu espíritu
S. Daos fraternalmente la paz.
Puede cantarse un cántico propio para el rito de la paz y posteriormente el Agnus Dei.
ORACION DE HUMILDE ACCESO
El sacerdote se coloca de rodillas frente al altar junto con toda la asamblea.
S. Nosotros no nos atrevemos a venir a ésta tu mesa, oh Señor misericordioso, confiados en nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes misericordias. No somos dignos ni aún de recoger las migajas de debajo de tu mesa. Mas tú eres el mismo Señor, siempre misericordioso por naturaleza; concédenos, por tanto, Señor, por tu clemencia, que de tal modo comamos la Carne de tu amado Hijo Jesucristo y bebamos su Sangre, que nuestros cuerpos pecadores sean limpios por su Cuerpo, y nuestras almas lavadas por su preciosísima Sangre y que siempre vivamos en El, y El en nosotros. Amén.
De pie todos
FRACCION DEL PAN
El sacerdote parte el pan consagrado diciendo con el Pueblo:
S. Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo.
Dadnos la paz.
Oración secreta:
Partiendo un poco de pan y depositándolo en el cáliz, dice:
S. Que al unir tu Cuerpo y tu Sangre Señor, seamos dignos de participar de la vida eterna. Amén.
Con el pan fraccionado sobre la patena en el altar y las manos extendidas se dice:
S. Este es Jesucristo el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo, dichosos los llamados a esta cena.
Eleva la patena con la hostia y se dice tres veces:
S. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme.
Luego el sacerdote baja la patena y comulga
Levanta el Pan y el Vino y dice:
S. Estos son los dones de Dios, para el pueblo de Dios.
POST-COMUNIÓN
P. Oremos: Se recita la oración propia:
RITO DE CONCLUSIÓN
El sacerdote con las manos extendidas, dice:
P. El Señor esté con vosotros.
T. Y con tu espíritu.
Para los Obispos:
V. Muéstranos Señor tu misericordia.
R. Y danos tu salvación.
V. Escucha, Señor, nuestra oración.
R. Y llegue hasta Ti nuestro clamor.
V. El Señor esté con vosotros.
R. Y con tu espíritu.
BENDICIÓN DE SAN FRANCISCO DE ASÍS
P. El Señor os bendiga y os guarde,
T. Amén
P. El Señor os muestre su Rostro y tenga misericordia de vosotros;
T. Amén
P. Vuelva el Señor su Rostro hacia vosotros y os conceda la paz,
T. Amén
P. Que el Señor os bendiga en el nombre del PADRE+, EL HIJO+, Y EL ESPÍRITU SANTO+.
T. Amén.
D. Podéis ir en Paz.
T. Demos gracias a Dios.
ORACION DE SAN FRANCISCO
Señor, hazme un instrumento de tu paz, donde haya odio, ponga amor, donde hay ofensa, perdón; Donde hay duda, fe, donde hay desesperanza, esperanza; Donde hay tinieblas, luz, donde hay tristeza, alegría.Oh Divino Maestro, Que no busque yo tanto, ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender. Ser amado como amar. Porque dando se recibe. Perdonando se es perdonado. Y muriendo a si mismo Se nace a la vida eterna.